Esta vez dediqué horas a arreglar mi vestuario, y llegué al cafetín mas temprano que de costumbre, sujetaba algunos libros que le habia prometido prestarle.
Todo cuanto amigo se me acercaba, lo alejaba con una tonta excusa, para que cuando llegara mi ninfa, no se asustara.
Pero pasaron los minutos, las horas, y la chica no llegaba. Pensé: "iré a buscarla al mar, porque ella mi insinuó que si no estaba aqui, la podria encontrar en aquel lugar.
Emprendí mi viaje, con la mochila llena de deseos , y con los libros pesados en el brazo..
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