jueves, junio 11, 2009

Gaviota Herida XI

El sol se ha desvelado, el trinar se escucha nuevamente, las flores han embellecido el jardin, los rayos del sol se han filtrado y han acariciado el aura de aquella chica enajenada. Con un poco de estabilidad y sosteniendose de todo cuanto objeto estuviera cerca, Rosa Iris, -ah! si, recuerdo su nombre , les narraré mas tarde porque aun lo llevo acuñado en mi cerebro. Se levantó de su cama, se dirigió hacia el baño y ordenó un vestido nuevo. Pintó de rojo carmesí la comisura de sus labios, y se acomodó en la mesa adjunto a su familia, para disfrutar de un rico manjar, que su madre afanosamente habia preparado.

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