jueves, junio 11, 2009

Gaviota Herida XVII

Salí sonriente, con aire triunfante de aquel lugar de artistas fracasados , por permitir que los vicios llevaran el timon de sus vidas. Tardé mas de media hora en encontrar su lado favorito del mar. Pero las rocas me dijeron que no la habian visto. Me sentí tan triste,tan desdichado, no se por qué, pero me sentia tan atraido por ella, su historia, todo. No podia odiarla, porque no habiamos acordado ninguna cita, pensé que yo fuí el unico que me senti bien aquel dia. Revivia aquel momento, y no recuerdo rellenarla con preguntas, solo dejaba que la conversacion fluyera. Despues de recargarme de energia, marché hacia mi casa, no tenia deseos de salir.

Gaviota Herida XVI

Esta vez dediqué horas a arreglar mi vestuario, y llegué al cafetín mas temprano que de costumbre, sujetaba algunos libros que le habia prometido prestarle. Todo cuanto amigo se me acercaba, lo alejaba con una tonta excusa, para que cuando llegara mi ninfa, no se asustara. Pero pasaron los minutos, las horas, y la chica no llegaba. Pensé: "iré a buscarla al mar, porque ella mi insinuó que si no estaba aqui, la podria encontrar en aquel lugar. Emprendí mi viaje, con la mochila llena de deseos , y con los libros pesados en el brazo..

Gaviota Herida XV

Mas allá de su delgadez, sus ojos aun tenian esa chispa que cautivaba a todos cuanto se le acercaban. -No, porque he de tenerte miedo, eres la mas normal que he visto. Sonrió, como hace tantos años no lo hacia...y me invitó a que me sentara. Hablamos de literatura, porque todo el tiempo se lo dedicó a las letras, y se habia vuelto una erudita. Las horas galoparon sin que nos dieramos cuenta, pero al percartarse, dijo: "Me hallaras en el mar, o aquí" y se marchó corriendo. Quedé tan fascinado, no aguardaba la hora poder verla nuevamente.

Gaviota Herida XIV

...Pero este dia no fue a su casa, sino al cafetín donde tantas veces fue testigo de las promesas de amor hechas por Rosa, pero que nunca salieron de sus labios, donde cada block era un sueño fracturado. Recuerdo verla agitar su café sin percatarse de que ya estaba derramado en la mesa. Tenia tantos deseos de acercarme, pero no encontraba excusa, temia que su mal genio lo utilizara conmigo. Pero esta vez venci todos los miedos y me acerqué, le dije:" Quieres una taza mas grande, para que puedas moverlo con ligereza?". Me miró extrañada, y dijo, no tienes miedo de mi? todos creen que estoy loca......

Gaviota Herida XIII

Se hicieron mas frecuentes las visitas hacia el mar ésta lo observaba por largas horas, y sus lagrimas acrecentaban la marea; el mar se volvia cada mas caudaloso. Rosa le voceaba: Nos parecemos mas de lo que te imaginas, utilizan y profanan tu belleza, te sacan lo que necesitan y ya despues que le eres inutil, te abandonan. Al igual que yo, eres terca, y luego de que te repones, tropiezas con la misma piedra, ¿Es que no aprendes? Esta última frase la pronunció con mucha ira, y luego...se marchó. Pero este dia no fue a su casa, sino...

Gaviota Herida XII

...Solo parlaban las almas y las pupilas, nadie emitió movimiento brusco, que asustara a la infeliz chica. -Madre, llevame al mar, quiero verlo,sentir como la brisa acaricia mi silueta. Y asi lo hicieron, emprendieron su viaje, era un hermoso dia, las nubes no dejaban de perseguirlas. Frente al ancho mar, ésta, extendio los brazos, y aspiró de tal manera, que las olas se elevaron y bañaron su diminuto cuerpo. La madre, que no ocultaba su rostro de sorpresa , notó, como si fuera una mueca, la sonrisa de Rosa Iris. Todos cuanto por alli transitaban se paralizaron, las olas dejaron de emitir quejidos al percatarse de la accion de la joven.

Gaviota Herida XI

El sol se ha desvelado, el trinar se escucha nuevamente, las flores han embellecido el jardin, los rayos del sol se han filtrado y han acariciado el aura de aquella chica enajenada. Con un poco de estabilidad y sosteniendose de todo cuanto objeto estuviera cerca, Rosa Iris, -ah! si, recuerdo su nombre , les narraré mas tarde porque aun lo llevo acuñado en mi cerebro. Se levantó de su cama, se dirigió hacia el baño y ordenó un vestido nuevo. Pintó de rojo carmesí la comisura de sus labios, y se acomodó en la mesa adjunto a su familia, para disfrutar de un rico manjar, que su madre afanosamente habia preparado.