miércoles, marzo 17, 2010

Oda a Ninguno

Prometí, no bañar mi dedo en el tintero. Era tal la decepción que caminaba en círculos, y obligaba a mis descendientes a realizar este ejercicio. Estaba cansada de que me utilizaras a tu antojo. pero..¿Cómo podria librarme de ti? si todas las mañanas, despertaba con tu rostro ceñido en mi frente. ..Aunque, este día fué inusual Llegaste, y te amé sin ver tu rostro. Era un amor onírico, celestial. Me sentí confiada en tus propósitos Ahora, no puedo dejar de evocarte. Mi vida, ha cambiado Hoy, sé que existo.

1 comentario:

Armando Almánzar Botello dijo...

Te leo siempre con mucho gusto.

Me encanta tu blog y todo el trasfondo de este poema.

Así mismo. Hay que mirar siempre adelante.

Besos