Otra vez he chocado con la realidad que me pertuba..
¿Dónde se fueron las nubes de colores, los castillos de caramelo?
¿Por qué tú, ser innombrable, te sacias marchitando mi inocencia, avanzando experiencias en mi diminuta estatura?
¿Quién eres para arrebatarme mis muñecas, mi pelota, mi carrito, mi sonrisa?
Padres, evitemos que nuestros hijos pasen por esta experiencia..
Hijos, tengan confianza con sus padres, coméntenle lo que les sucede, lo que les preocupa..
Pues unidos, detendremos todo acto de violencia.
Publicado en el periodico El Caribe, el 27 de agosto del 2008
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