En el transcurso de nuestras vidas nos deslizamos por encrucijadas que determinan el camino que debemos tomar y, de tornarnos de vuelta, sería detener el universo.
Pero, lo más difícil es: ¿Qué decido?..no puedo tener ambas cosas...Y es en ese momento, donde el film atraviesa nuestra mente, secuestra nuestra conciencia y detiene nuestros sentidos.
No pretendo dar una guía sobre qué debemos hacer en estos casos, pues si la tuviera, no hubiese cometido tantos errores.
Tan sólo aconsejo: Meditar bien, saber qué es lo que queremos y sobre todo, que nuestras decisiones no nos afecten emocionalmente.
Publicado en el periodico El caribe, el 30 de julio del 2008
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